...cajita.
Miré a la caja, era de un rojo muy bonito. Natalia se acercó a mí.
Natalia: Toma -me entregó la caja que llevaba en sus manos-
Yo: ¿Para mí?
Natalia: Por supuesto.
Me la guardé en el bolsillo, no quería que Marta viera lo que estaba dentro... No sé porque, será porque quería verlo a solas... La di las gracias, me dio un beso en la mejilla y se marchó prometiendo llamarme.
Marta: ¿Qué te ha dado? ¿Qué es?
Yo: Cotilla.
Marta: Mucho, venga dímelo.
Yo: No.
Marta: ¿Por qué?
Yo: Porque no.
Después de esas palabras me fui a la habitación, dispuesta a abrir la caja. La abrí y era una pulsera, una pulsera hermosa. Ponía mi nombre. Era un bonito detalle. Me la puse al momento. Salí de la habitación y me tumbé en el sofá.
Marta: Serás tonta, al fin y al cabo te voy a ver lo que te ha regalado.
Yo: Cállate.
Marta: No me mandes callar, sabes que llevo razón -miro mi muñeca- con que es esto, ¿eh?
Yo: Sí -la miré mal-
Marta: -se acercó a mí y miró la pulsera- una pulsera eh... -la toco y la miró de cerca-
Yo: Sí, ¿algún problema?
Marta: Ninguno, ¿pero por qué te regala eso Natalia?
Yo: Por lo menos me regala algo, no como ''tu Rocío''.
Hay me pase un poco bastante, me miró y se puso haber la tele sin ninguna palabra. Se nota que la había sentado mal. A los minutos me miró y dijo:
Marta: ¿Qué tienes tú con Natalia?
Yo: Amistad.
Marta: Ya... -se quedó pensativa-
Yo: ¿Qué?
Marta: Nada, nada -se rió-
La volví a mirar mal, y me dediqué a ver la televisión.
Al día siguiente me llamo Natalia para quedar con Rocío y Arancha, las cinco. Aceptamos encantadas. Ayer estaba un poco nerviosa, no sé que me pasaba, trate mal a Marta, lo que yo nunca había echo...
Llego la hora de salir con Natalia, Rocío y Arancha. Nos llamaron al portal. Bajamos y fuimos a dar un paseo cerca de nuestra casa, que o si no nos perdíamos.Cerca había un parque, fuimos ahí. Por el camino nos encontramos a una amiga de Arancha, no la conocía.
Chica: ¡Arancha! -se dirigió a ella y la abrazó-
Arancha: ¡Elia! Bueno, os presento, esta es Elia -fue diciendo nuestros nombres uno a uno-
Yo: Encantada.
Elia: ¡Igualmente a todas! -sonrió- ¿Dónde vais?
Arancha: Estaremos por aquí, ¿y tú?
Elia: También.
Arancha: Quédate con nosotras, ¿qué os parece?
Todas asentimos con la cabeza.
Elia: ¡Perfecto!
Nos sentamos en el césped del parque. A Marta, Rocío, Arancha y Elia se les antojaron unos helados, yo no quería y Natalia parecía que tampoco. Se fueron a por ellos. Mientras ellas estaban ausentes yo estuve hablando con Natalia, de deportes, y cosas de esas. De repente la sonó el teléfono, lo cogió. Su cara se volvió extraña, de asombro. Colgó.
Yo: ¿Qué a pasado...?
Natalia: Nada...
Yo: Venga, puedes confiar en mí...
Pronuncié esas palabras y sus ojos verdes brillaron.
Natalia: Es que era mi...
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