...Natalia.
Me quedé pasmada al oír su hermoso nombre. Y su hermosa voz.
Yo: Me encanta tu nombre, ahora te paso con Marta...
Natalia. No, no me pases con ella.
Yo: ¿Por qué?
Natalia: Porque quiero conocerte a ti, haber, dime, ¿cómo te llamas?
Yo: Ainhoa... -se me notaba tímida-
Natalia: Ah sí, Marta me a hablado muchas veces de ti.
Yo: ¿Así?
Natalia: Sí.
Estuvimos hablando un buen rato, por no decir toda la noche. Marta se durmió desde que cogí el teléfono, más o menos. Sabía que iba para largo. Era demasiado maja para ser real... Colgamos después de horas y horas hablando, casi no dormí. Le di mi número de teléfono y me prometió que me iba a llamar en breves. Yo la contesté que ansiaba su llamada... Cosa que nunca he dicho nunca a nadie.
Por la mañana me despertó Marta prontísimo, la mandé a paseo. No podía despertarme, necesitaba dormir. Oí el timbre de la puerta y como la abrían. De repente se abrió la puerta de mi habitación y alguien me aplastó. Encendí la luz con los ojos cerrados todavía, era una cara desconocida. Puse una cara rara.
Natalia: ¡Vamos dormilona!
Yo: Na...¡¿Natalia?!
Natalia: En persona, venga vístete que nos vamos.
Miré a la puerta, estaba Marta con una sonrisa de oreja a oreja, y al lado suya Rocío.
Yo: -con los ojos cerrados todavía- seréis cabronas...
Natalia: Vamos, no tenemos todo el día.
Me levanté y las eché de la habitación. Me vestí, abrí la puerta y estaban sentadas en el salón. Me fui a arreglarme al baño. Terminé y fui al salón. Salimos de casa, no tenía ni idea de donde íbamos. Todo me resultaba raro, no conocía nada de nada. Después de andar mucho llegamos a un centro comercial. Deduci que íbamos a ir de compras, genial.
Estuvimos en diversas tiendas, riendonos y provandonos ropa. Fuimos a comer a un McDonnal. Pasamos la tarde ahí, de vicio.
Terminé agotada. Pero a la vez estaba feliz.
Llegué a casa y me tumbé en el sofá. De repente me llamaron al móvil, era Natalia, sonreí como una tonta.
(Conversación telefónica)
Yo: ¡Natalia!
Natalia: ¡Amor! ¿Como estás?
Yo: Bien, bueno... Un poco cansada ¿y tú?
Natalia: Yo bien, mejorate y descansa que tienes que estar a tope.
Yo: Eso intentaré, será cuestión de un día o por ahí.
Natalia: No lo intentes, hazlo.
Me agrado mucho su llamada, me devolvió el ánimo. Estuve viendo la tele (en inglés como siempre xD) junto a Marta. Mi prima no tenía ni remota idea de donde estaba.
Al día siguiente me desperté como una chica nueva, con ganas de comerme el mundo. Esperaba la llamada que habitualmente me hacía Natalia. Sinceramente me alegraba el día. Y como siempre, llegó esa llamada y esas sonrisas tontas. Mi prima apareció aquel día, nos contó que había estado en la academia y luego con sus amigos.
Se iba acercando el día del concierto, y nosotras cada vez más nerviosas. Faltaban como unos 3 días.
Ese día llamaron a la puerta, abrió Marta.
Marta: ¡Ainhoa! -me grito-
Yo: ¿Qué quieres? -grité-
Marta: ¡Es para ti, ven!
Me levanté del sofá y fui hasta la puerta. Era Natalia con una...
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